¿Tu rostro revela tu posición política? Un sistema de reconocimiento facial con IA puede determinarlo

La forma de tu rostro, labios o cejas podría delatar cuál es tu posición política. Un sistema de reconocimiento facial que incorpora inteligencia artificial tiene la habilidad de determinar si perteneces a una corriente de derecha o izquierda con alta precisión.

Un programa ha demostrado ser capaz de identificar sutiles diferencias en las características faciales que están asociadas con las tendencias políticas de las personas, alcanzando una exactitud superior al 70%.

Este estudio se desarrolló a partir del análisis de centenares de imágenes y patrones de voto de 590 ciudadanos estadounidenses. De acuerdo con los hallazgos, los individuos de tendencia liberal presentaban rasgos faciales inferiores más reducidos, con barbillas menos pronunciadas y labios y narices que se inclinaban hacia abajo. Por otro lado, las personas con inclinaciones conservadoras mostraban características más amplias y pronunciadas en la parte baja de sus rostros.

VGGFace2 se empleó para este estudio de identificación facial. Michal Kosinski, profesor asociado de la Universidad de Stanford y principal autor del estudio, advirtió sobre el peligro de las herramientas de reconocimiento facial en manos equivocadas, destacando la importancia de su uso en entornos seguros.

El estudio subraya la necesidad de que académicos, el público y los responsables políticos reconozcan y aborden los riesgos potenciales de la tecnología de reconocimiento facial para la privacidad personal.

En la investigación, los participantes completaron un cuestionario sobre su orientación política, indicando su inclinación hacia ideologías liberales o conservadoras, así como su afiliación política.

Luego de completar el cuestionario, los participantes fueron fotografiados bajo condiciones estandarizadas, permitiendo que el software se enfocara exclusivamente en sus rostros. Se utilizó VGGFace2, un programa de reconocimiento facial basado en inteligencia artificial, que comparó las características faciales de los participantes con otras imágenes de una base de datos.

Se tuvieron en cuenta variables como la edad, el género y la etnia de los participantes. Aunque se encontraron algunas coincidencias, se concluyó que la relación entre las tendencias políticas y las características faciales no es determinante.

Figuras públicas como el presidente demócrata Joe Biden, el expresidente republicano Donald Trump, así como celebridades conservadoras como Kid Rock y Roseanne Barr, y liberales como Lin-Manuel Miranda y Taylor Swift, muestran cierta concordancia con los rasgos faciales identificados. Los conservadores tienden a tener partes inferiores del rostro más amplias, mientras que los liberales tienen partes inferiores más estrechas, incluyendo labios y narices orientados hacia abajo.

La implementación de tecnología de reconocimiento facial que puede determinar la orientación política de una persona presenta varios riesgos y preocupaciones éticas.

En primer lugar, está el riesgo de violaciones a la privacidad, ya que esta tecnología podría ser utilizada para rastrear y monitorear a individuos sin su consentimiento, basándose en sus inclinaciones políticas. Esto podría resultar en discriminación y estigmatización de personas según sus creencias políticas, lo que limitaría su libertad de expresión y asociación. Además, existe la posibilidad de un mal uso por parte de gobiernos autoritarios o entidades privadas con fines de vigilancia o control político, lo que representa una amenaza significativa para los derechos humanos y las libertades civiles.

Otro riesgo importante es la posibilidad de errores y sesgos en los algoritmos de inteligencia artificial, lo que podría conducir a identificaciones incorrectas y reforzar estereotipos, causando injusticias, especialmente entre grupos ya marginalizados.

La implementación de esta tecnología sin salvaguardias éticas y legales adecuadas podría socavar la confianza en las instituciones democráticas y afectar el tejido social. Esto resalta la importancia de un debate público amplio y la necesidad de regulaciones estrictas antes de su adopción.