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Garbarino pidió ayuda a un gigante del sector, mientras seduce a un nuevo interesado

El empresario Carlos Rosales, pro tesorero de San Lorenzo y dueño de Garbarino, busca destrabar el conflicto en la planta. Le reclama a la Ciudad unos saldos a favor de IG retenidos lo que suma $450 millones para poder pagar sueldos. Mientras mantiene reuniones para seducir a un comprador. El concurso de acreedores sería otra opción.

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La situación del grupo Garbarino se complica minuto a minuto. La última chance de encontrar una salida inminente fue descartada al rechazar la propuesta de Facundo Prado de Supercanal Arlink, la operadora de tv por cable. Su dueño Carlos Rosales acelera la agenda de reuniones, pidió ayuda a Newsan para destrabar el conflicto de su planta y busca seducir interesados. No hay nada firme. La apertura de locales depende las zonas, en el conurbano la mayoría están cerrados. La convocatoria de acreedores podría ser una salida, si en la próxima semana no surge una oferta en firme.

Con 70 años de historia, el grupo Garbarino tiene seis unidades de negocios: Garbarino, Compumundo, Digital Fueguina, Tecnosur, Garbarino Viaje y la financiera Fiden. En junio pasado, el grupo pasó a manos del empresario Carlos Rosales, presidente de la aseguradora Grupo Prof y protesorero del Club  San Lorenzo en la gestión de su presidente Marcelo Tinelli (con licencia). Es además dueño del restaurante Schiaffino Bistró en Recoleta y del lodge 5 estrellas “Don Enrique”, ubicado camino a los Saltos del Moconá, sobre el arroyo Paraíso en Misiones. En plena pandemia, en junio 2020, en un contexto de restricciones que afectaba el consumo, se hizo cargo de una empresa con 4325 empleados, 200 sucursales y $8.000 de deuda.

En enero de este año, Carlos Rosales, hombre rápido para los negocios, se convirtió en el nuevo titular de Radio Continental AM 590 y sus dos FM, con las frecuencias 105.5 y 104.3 y Los 40 Principales. En forma paralela la operación de Garbarino atravesaba altibajos. En marzo, tuvo su récord de ventas, pero no alcanzó. El vocero de la cadena asegura que la caída de ventas de abril de un 60% y de mayo de un 75% decretaron la crisis de Garbarino.

En la gestión Rosales se cerraron locales, compró Garbarino con casi 200 y hoy tiene 139 de los cuales 105 son Garbarino y 34 de Compumundo. Cerró plazas impensadas como peatonal Florida, Morón, Terrazas de Mayo, Nordelta, Villa Crespo, Río Cuarto, Rosario, Neuquen, Formosa, Corrientes, San Rafael en Mendoza, Salta, entre otras.

El balance del primer año del protesorero de San Lorenzo muestra una grave crisis. Adeuda salarios de abril, mayo y se suma junio a casi el total de sus 3.800 trabajadores, aguinaldos, bonos de fin de año y aportes. La empresa Digital Fueguina de Río Grande no opera desde hace más de dos meses. La planta está tomada y sus trabajadores, con bajísimas temperaturas, reclaman todos los días en la puerta de la planta el pago de salarios.

El jueves, Garbarino ordenó “cerrar todos los locales hasta nuevo aviso. Dicha decisión tiene como fin evitar complicaciones mayores que se podrían dar dado el contexto que atravesamos. Cabe aclarar que dicha solicitud no pone en riesgo la fuente de trabajo y bajo ningún punto de vista esto se tomará como un abandono al trabajo”. Apenas se conoció la orden, los trabajadores comenzaron a tomar las sucursales, Avellaneda, Lanús, Uriburu y Santa Fe y Flores, fueron sólo algunas. Los delegados pudieron negociar con la empresa y llegar a un acuerdo para reabrir varios locales, pero en el conurbano hay muchos cerrados. La nueva directiva de Garbarino fue “cerrar los locales cuya situación implique una amenaza física para integridad de las personas y o mercadería o mobiliario”. En síntesis: si bien la mayoría de los locales están abiertos, hay tiendas cerradas como la de San Juan, incluso el local de Lanús se mantiene tomado por los trabajadores y el de La Plata está abierto con retención de taresas.

La empresa sabía que la situación se complicaba, con el comienzo del mes de julio la mayoría de los trabajadores se quedaron sin prepaga porque los planes ya no fueron renovados. Ante el reclamo, algunos casos fueron solucionados. 

Para calmar los ánimos de los empleados, Garbarino le reclama una deuda a la Ciudad. El vocero contratado hace dos meses para manejar la crisis, señaló a BAE Negocios“La Ciudad le adeuda a Garbarino la suma de $450 millones de pesos en concepto de retenciones indebidas de Ingresos Brutos. Si cobramos ese dinero podremos saldar los sueldos adeudados a los empleados. Ya hicimos el reclamo y la Ciudad reconoce la deuda”. La gestión de Horacio Rodríguez Larreta confirmó la deuda, pero hizo una aclaración: “Durante los últimos meses, las empresas Garbarino y Compumundo, en su carácter de agentes de retención, retuvieron fondos de terceros y no los depositaron ante el fisco de la Ciudad. Estas retenciones por parte de las empresas llevaron a que acumularan deudas impositivas ante la AGIP, por lo que ambas fueron declaradas en la máxima situación de riesgo fiscal”. Ante la alerta roja, la Ciudad le retuvo los saldos a favor hasta tanto la compañía de Rosales no pagara su deuda.

“Durante junio de este año, las empresas comenzaron a regularizar su situación fiscal, por lo que la AGIP inició el proceso de devolución de los saldos a favor. De esta manera, ya se les reintegró el 50% del total de estos saldos, los cuales resguardaban el crédito fiscal, producto de los fondos indebidamente retenidos. El resto se encuentra actualmente en una etapa de verificación por parte de la AGIP, para continuar con el proceso de devolución”, señalaron desde la Ciudad. Rosales comenzó a regularizar la situación, apenas se termine de verificar que no quedan deudas, la Ciudad asegura que devolverá los $450 millones de saldos a favor retenidos.

La gran pregunta es por qué Carlos Rosales no aceptó la propuesta de Facundo Prado de Supercanal para salvar a Garbarino. En el entorno de Rosales confirman que no piensa en desprenderse de la cadena de retail, por lo tanto sólo busca una inyección de capitales. Desde Garbarino responden: “Se rechazó la propuesta de Prado porque no presentó ni garantías ni avales comprobables para asegurar la propuesta. Se iba a hacer cargo de ciertas deudas y se hacía cargo de la administración, pero no cumplió los requisitos”, dijo el vocero de Garbarino, contratado hace dos meses para hacerle frente a esta crisis.

Conocedores de la operación sostienen que Garbarino rechazó la propuesta porque la suma ofrecida es mucho menor que lo que Rosales está dispuesto a aceptar. Hasta arriesgan que las aspiraciones del empresario triplicaban lo ofrecido por el titular de Supercanal. En las oficinas de la calle Juncal están muy preocupados, saben que la situación es una bomba que estallará en menos de una semana. Además la aseguradora Prof también está en problemas, los reclamos de sus clientes se replican y crecen la quejas por la demora en el pago de los siniestros y denuncian la quita de servicios.

La empresa repite que tiene dos interesados, pero no puede dar sus nombres. En las oficinas de Rosales estuvo reunido Miguel Calvete, un hombre de Cambiemos que fue concejal en La Matanza, ex vocero de la Cámara de supermercados chinos, luego distanciado del sector y actual presidente de Indecom -Instituto de Estudio de Consumo Masivo. Una década atrás, adquirió a través de la sociedad Iurelawo los 166 locales de la cadena de supermercados Eki, a los pocos días pidió el concurso preventivo y un año después fue vendida a Carrefour. Consultado por BAE NegociosCalvete aseguró que él no es el interesado en forma directa. Confirmó que está trabajando con un grupo internacional que está interesado en Garbarino, pero firmó un contrato de confidencialidad y no puede develar el nombre. Algunos aseguran que está relacionado con el negocio del ecommerce y de la banca digital. Nada firme. 

En las oficinas de Juncal de Prof, no se descarta pedir la convocatoria de acreedores, que habilite a presentar un Procedimiento Preventivo de Crisis que permita achicar la planta de casi 4.000 trabajadores. Desde el entorno de Rosales, BAE Negocios consultó al vocero sobre esta posibilidad y respondió: “No tengo información, no puedo confirmarlo ni negarlo”.

La situación de Garbarino preocupa no sólo en Buenos Aires. Gustavo Melella, el Gobernador de Tierra del Fuego, sabe que la situación de Digital Fueguina y Tecnosur están complicadas. No quiere esperar a que la situación estalle. Él mismo en persona comenzó a buscar ayuda para los trabajadores de Río Grande. El jueves se realizó una reunión entre Carlos Rosales, Luis Galli presidente y CEO del grupo Newsan y Sonia Castiglioni, la ministra de Industria fueguina. El objetivo fue pedirle ayuda al grupo Newsan para solucionar el conflicto en la planta de Tierra del Fuego.

Luis Galli, CEO de Newsan contó a BAE Negocios: “Nos pidieron que ayudemos a que se destrabe el conflicto, porque desde hace un año que esa planta trabaja a fason para Newsan. Les dábamos kits para ensamblar aires acondicionados. Hace 45 días como Garbarino suspendió el pago de sueldos, la planta entró en conflicto y se suspendió la fabricación. Queremos destrabar, estamos dispuestos a seguir fabricando, podemos pagar los sueldos por el trabajo que nos hagan, no podemos hacernos cargo de la deuda de sueldos de Garbarino. Deben resolver la deuda anterior. Queremos buscar la forma para que la plata le llegue directo a los trabajadores, sin intermediarios”.

De paso, aclaró algunos rumores que lo indicaban como uno de los grupos interesados en salvar Garbarino. “Siempre que se cae algún posible comprador aparece Garbarino en la lista. No estamos interesados en la comrpa de Garbarino. Nuestra estrategia es no avanzar en el retail y la comercialización, somos fabricantes y distribuidores, pero no nos interesa la comercialización y competir con nuestros clientes”, señaló Galli.

Los números en rojo, complican todo. La Central de Deudores del Banco Central (BCRA),  muestra que la compañía acumula 3251cheques rechazados, por un total de $ 4601 millones. Entre los principales acreedores, se encuentran bancos, financieras y trabajadores. El listado de acreedores incluye a La Cooperativa Frincredit, con un pasivo de $ 186 millones; Finares con $ 148 millones; el Banco Nación con $ 83 millones y el HSBC, con $ 54 millones; entre otros.

En los próximos días, se define el futuro del grupo Garbarino: los trabajadores levantaron la mayoría de las tomas a la espera de una respuesta, mientras organizan una gran movilización para ser escuchados. En paralelo, la histórica marca Garbarino también sufre las consecuencias de esta crisis.

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