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Apertura de gimnasios: ¿por qué es importante un nuevo chequeo médico?

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A lo largo de este tiempo de cuarentena, muchos sí optaron por seguir moviéndose a través de rutinas de ejercicios improvisadas en casa o guiadas por tutoriales de plataformas o hasta aquellos que continuaroncon las clases que los profesores les mandaban por video. Pero también, otros no lo hicieron, y prefirieron tomar un ‘receso’ de la actividad física, sucumbiendo en el sedentarismo o en la búsqueda de otros hobbies que hicieran pasar el tiempo en el hogar. La gastronomía ‘made in casa’…¡la absoluta ganadora!

Pero ahora que es posible retomar la actividad física, cómo saber si el cuerpo está de nuevo 100% listo para ella.

Si bien el cuerpo ‘tiene memoria’, es importante saber cómo se encuentra y en qué estado está antes de comenzar como locos a ponerlo en funcionamiento con máquinas, clases de spinning, sobrecargas o rutinas fuertes de crossfit. Lo lógico es apelar a la conciencia y buscar una vuelta paulatina y teniendo en cuenta el estado físico en el que está cada uno.

El Chequeo médico

Un ‘apto médico’ es algo esencial para retomar la actividad física, más allá de estos momentos especiales vividos por la cuarentena.

Es por ello que siempre es recomendable que si uno desee iniciar con algún deporte o rutina de forma constante, exista un chequeo médico general en donde se vea la aptitud o no de la persona.

En este sentido, Fernando Agüero, Licenciado y Profesor de Educación Física, Docente del Profesorado de Educación Física la UMAZA y propietario del gimnasio “Del Sol”, señala que: “Para regresar a la actividad física y de una manera responsable, lo más conveniente es que el alumno realice una consulta o un chequeo médico general para estar tranquilos de que estamos en buenas condiciones para hacer un entrenamiento físico y de esta manera, poder descartar cualquier patología cardíaca u otra enfermedad de otra índole”.

En cuanto a la periodicidad y más allá de este stand by provocado por la cuarentena, Agüero comenta que “siempre recomendamos a nuestros alumnos que por lo menos cada 6 meses se realicen este tipo de control, sobre todo una ergometría, ya que lo más importante es estar seguros que al momento de volver a entrenar estamos bien físicamente y que no corremos ningún riesgo para nuestra salud”.

Los imprescindibles

Muchas personas afirman ‘sentirse bien’ y solo con ello pensar que están aptos para el ejercicio físico. Sin embargo, puede existir alguna patología escondida que tenga consecuencias, incluso graves o trágicas.

Por eso, los especialistas en salud señalan que son necesarios al menos tres exámenes básicos: electrocardiograma, análisis de sangre y ergometría (prueba de esfuerzo), los cuales deberían realizarse antes de comenzar a ejercitarse; luego, una vez por año o ante la aparición de algún síntoma – como mareo, palpitación o dolor precordial (en el pecho).

Con estos exámenes, es posible descubrir enfermedades crónicas no transmisibles como diabetes, hipertensión o problemas cardíacos.

Por su parte, y en una nota publicada por un medio dedicado al deporte, el doctor Roberto Peidro, médico cardiólogo (MN 43697) quien fuera años atrás Presidente de la Fundación Cardiológica Argentina señalaba que “los chequeos médicos cardiológicos antes de una participación deportiva tienen como objetivo la detección de enfermedades que puedan empeorar con el ejercicio intenso o predisponer a un evento cardíaco, como la muerte súbita, durante la práctica deportiva”.

A partir de ello, Peidro enumeraba cuáles era los necesarios:

1.- Evaluación clínica cardiológica: incluye un interrogatorio sobre antecedentes familiares y personales con evaluación de eventuales factores de riesgo, y examen físico cardiovascular detallado. Esto permite obtener un panorama inicial de eventuales riesgos ante el deporte.

2.- Electrocardiograma de reposo: permite la detección de alteraciones eléctricas, arritmias, modificaciones que sugieran la presencia de enfermedades del músculo cardíaco, trastornos de la conducción eléctrica.

3.- Ecocardiograma: permite analizar el tamaño del corazón (cavidades y paredes), forma de contracción, estado de las válvulas.

4.- Ergometría (prueba de ejercicio) de 12 derivaciones: consiste en hacer un esfuerzo a partir de ciertos protocolos, controlando a la persona con un electrocardiograma en forma permanente y tomando la presión cada 2 o 3 minutos. Permite obtener datos sobre la respuesta del corazón al esfuerzo intenso (igual o superior al ejercicio que se va a practicar) con eventual diagnóstico de isquemia (falta de llegada de sangre al corazón por enfermedad de las arterias coronarias), arritmias, hipertensión arterial al esfuerzo.

En cuanto a la edad, es importante tener en cuenta al momento del chequeo.

“La indicación de los estudios depende de la edad y los antecedentes referidos -señalaba el especialista-. “En deportistas jóvenes, sin síntomas, sin antecedentes de enfermedades, sin antecedentes familiares de enfermedades cardíacas, con examen físico cardiovascular normal, la realización de un electrocardiograma de reposo puede ser suficiente para permitir la práctica de cualquier deporte”.

Para aquellas personas mayores de 35 años, o en aquellas de menos edad que presenten factores de riesgo (colesterol alto, diabetes, cigarrillo, obesidad, hipertensión arterial, antecedentes familiares de enfermedades cardíacas en menores de 55 años), el médico comentaba que “se recomienda la realización de la prueba ergométrica de 12 derivaciones”.

En personas de mayor edad (cada vez es más frecuente encontrar deportistas “masters”) “es necesario ahondar más con los estudios y realizar, como mínimo, además del examen físico y el electrocardiograma de reposo, la ergometría, el ecocardiograma y los exámenes de laboratorio, que podrían repetirse en forma anual”, enfatizaba.

Moverse bajo los ‘nuevos protocolos’

Una vez obtenido el ‘apto médico’ ya nada impide retomar con la actividad física en los gimnasios. ¡Eso sí! Teniendo en cuenta nuevas pautas establecidas en ellos relacionadas con la prevención del COVID-19.

En este sentido, Fernando Agüero enfatiza que: ”Estamos respetando los protocolos establecidos por el Gobierno, tales como la colocación de alfombras al ingreso del gimnasio empapada en lavandina y luego otra para secarse los pies. Las máquinas están distanciadas con aproximadamente 2 metros entre cada una. En cuanto a las clases grupales, se han marcados espacios de 2 x 2, o sea los cuatro metros cuadrados que se piden por persona. Además, se han colocado puestos de desinfección en cada salón con alcohol disponible al 70/30 y también en gel para que la gente pueda desinfectar la máquina que utilizará luego de ocuparla. Se cumple con el requisito de que no haya más de 10 personas realizando actividad física por espacio”.

Fuente: elsol.com.ar

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